La muerte se esta acercando
POR: Víctor Manuel Cid.
Modelo/ Angie Lozano.
Fotografía/ Alex Gómez.
En esta semana estaremos a pocos días de que celebremos en México una tradición que tiene que ver con todo lo que somos como seres humanos, efectivamente hablo del Día de muertos, aunque en realidad son varios días en los que con gran fervor se busca un reencuentro con aquellos que ya se nos adelantaron en el tiempo, pero si es importante entender de donde viene esta costumbre y que es lo que representa.
El Día de los Muertos es una festividad que celebra la vida y honra a los muertos a través de tradiciones, comida, adornos, y actividades dirigidas a mantener las conexiones entre los vivos y los difuntos, se originó en México, y al contrario de lo que implica el singular «día», se conmemora en todo el mundo desde finales de octubre hasta su conclusión a principios de noviembre. Aunque para algunos la celebración evoca un período en que aparecen esqueletos juguetones, colorido «papel picado» (papel calado), y cementerios iluminados por velas, la fiesta se ha observado de distintas maneras en México desde hace más de 3.000 años, y sus formas de expresión son tan variadas como las personas que la celebran.
El Día de Muertos es una tradición mexicana de origen prehispánico, celebrada principalmente el 1 y 2 de noviembre, su propósito es honrar a los difuntos y celebrar la vida. A diferencia de otras celebraciones, esta festividad no se enfoca en un luto sobrio, sino en la alegría del reencuentro temporal de los vivos con las almas de sus seres queridos, se basa en la creencia de que, durante estas fechas, las almas regresan para compartir con sus familiares.
Es una tradición que se remonta a la época prehispánica, en ese periodo, diversas etnias mesoamericanas, como la mexica, rendían culto a la muerte, a la que veían como un paso más en el ciclo de la vida, para esta civilización, el destino de las almas era definido por los dioses del inframundo: Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli, señores del Mictlán o «lugar de los muertos».
Con la llegada de los europeos, la tradición prehispánica de culto a los muertos se unió a las festividades católicas de Todos los Santos y Fieles Difuntos, celebradas el 1 y 2 de noviembre. Este proceso de sincretismo cultural reinventó la celebración, los evangelizadores aprovecharon la coincidencia de fechas para fusionar la creencia en el inframundo prehispánico con la doctrina cristiana de la vida después de la muerte.
De esta manera, la fiesta se transformó en lo que conocemos hoy: un ritual donde se honra a los muertos a través de altares, pero con una influencia marcada por las creencias religiosas del cristianismo.
El altar de muertos, u ofrenda, es el corazón de la celebración, es una muestra de amor y respeto hacia los difuntos, originalmente, los altares prehispánicos se dedicaban a deidades como Mictlantecuhtli, con el Virreinato, la tradición se fusionó y el altar se convirtió en un puente espiritual para guiar a las almas de regreso a sus hogares.
10 Elementos Esenciales de la Ofrenda
Cada elemento del altar tiene un significado profundo y una función específica para el alma que regresa:
- Mantel blanco: simboliza la pureza del alma y la alegría para recibir a los difuntos.
- Fotografías de los difuntos: son un recordatorio visual de las personas amadas que ya no están físicamente, pero que regresan espiritualmente para compartir el momento.
- Incienso o copal: tradicionalmente, el humo del copal se utiliza para limpiar el ambiente de malos espíritus y como una guía olfativa para que las almas encuentren el camino a casa. Con la llegada de los españoles el uso del incienso comenzó a implementarse como alternativa.
- Papel picado: representa el aire y la fragilidad de la vida. Se usan colores intensos (especialmente el naranja, morado y negro) con figuras de calaveras y flores, dando un toque festivo al altar.
- Agua: después del largo viaje del más allá, el agua fresca y limpia se ofrece para calmar la sed de los difuntos. También simboliza pureza.
- Veladoras: representan el fuego y la luz. La flama de las velas es un faro que guía a las almas por el camino de regreso.
- Comida y bebidas favoritas: se colocan en el altar los platillos y bebidas que el difunto disfrutaba en vida, como pozole, mole, tequila o tepache. Es una forma de recibir amorosamente a las almas en su visita.
- Flor de cempasúchil: conocida como «flor de veinte pétalos», su color naranja intenso y su aroma particular son la principal guía visual. Con sus pétalos se crean caminos desde la entrada de la casa hasta el altar para que las almas sigan la ruta.
- Calaveritas de azúcar: aunque en la antigüedad se utilizaban cráneos reales, hoy se usan calaveritas hechas de azúcar, chocolate o amaranto. Representan al difunto y la dulce aceptación de la muerte.
- Pan de muerto: este pan dulce, con sus formas de «huesitos» y «llorones», es una representación simbólica del esqueleto de los difuntos.
Pero también es importante mencionar las famosas calaveritas literarias son escritos compuestos por una serie de versos rítmicos o epigramas ("composición poética breve en que, con precisión y agudeza, se expresa un motivo por lo común festivo o satírico": RAE), que tienen como tema principal la muerte vista desde la ironía.
Hoy en día, en una época totalmente diferente, en donde la comunicación e información es inmediata y no nos detenemos a revisar y a preguntarnos el porqué de las cosas, si es importante comentar que incluso en películas, documentales y videos, tendremos la oportunidad de creer, aunque sea un poquito y desear con mucho cariño, añorando y deseando que aquella persona o personas que quisiste mucho en vida, te visiten y pasen a probar algo de aquello que pusiste en la ofrenda, pero lo que realmente deseas es recordar y volver a sentir la presencia de aquellos que fueron importantes y que la misma vida fue quien te los quito, es por ello mis queridos amigos que veo que LA MUERTE SE ESTA ACERCANDO.
Comentarios